Wednesday, May 02, 2007

Uroboros

Hoy sentí la necesidad de escribir. No sabía que. Un Cuento. Una Memoria. Cargué varios temas de Silvio Rodríguez y Aute en el Real Player y me puse a escribir. Y pensé en escribir sobre como me ponía a escribir. Ahí recordé devastado la película "El Ladrón de Orquídeas" ("Adaptation" en inglés). En esta película el guionista hizo una película sobre un guionista que escribe un guión sobre un guionista que escribe un guión. Impresionante. No tanto como mi historia remanida. Que ahora sé que nada tiene de original. Un escritor que escribe sobre un escritor que escribe, dejó de ser original. Entonces empiezo a tratar de encontrar una vuelta de tuerca. Algo que me corone. Algo que cuando lo termine de escribir, el lector diga...al final lo logró. Pero nada. Sigo escribiendo sobre lo mismo. Pienso en no entrar concéntricamente en la historia. (Adoro la palabra concéntrica desde que leí a Borges en la facultad); sino irme hacia atrás. Y si de repente el escritor que escribe sobre un escritor que escribe sobre un escritor, se da cuenta de que él no es el primogénito escribiente sino que alguien lo esta escribiendo a él. Y ahí comenzamos a alejarnos hacia un 'atrás' aparente. El escritor pasa a ser un escribido. Pienso que lo logré. Que finalmente encontré esa vuelta de tuerca que quería encontrar. Y pensar que escribí todo minuciosamente planificado para llegar a la conclusión de que no iba a poder inventar nada nuevo, de que lo original no existía, que me iba a ser imposible escribir algo nuevo. Y ahí radicaría lo interesante de mi relato. La reflexión sobre la imposibilidad de ser original. Tenía toda mi teoría sustentada. Y este relato la iba a sostener varios años más. Pero no. La originalidad me sorprendió aunque no lo quería hacer. Aunque no la buscaba. Que el escritor se de cuenta de que no es él el que escribe sobre el escritor que escribe sobre él escritor; sino que alguien lo escribe a él. Je. Soy muy ingenioso. Puedo irme a dormir tranquilo. He vuelto a ser original. Cerró el libro y se fue a dormir.
Releyó el texto. "He vuelto a ser original" esa frase no le cerraba. Este escritor sobre el que él estaba hablando nunca diría "He vuelto", seguramente diría "Volví a ser". Lo corrigió. Borró el "He vuelto" y lo reemplazó con el "Volví a ser". Luego se fue a dormir. Desde la cama pensó:
- "He vuelto a ser original", inmediatemante se corrigió: - "Volví a ser original"

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