«¿Qué me ha ocurrido?», pensó.
No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas. Por encima de la mesa, sobre la que se encontraba extendido un muestrario de productos de venta televisiva -Samsa era vendedor de SPRAYETTE-, estaba colgado aquel cuadro que hacía poco había recortado de una revista y había colocado en un bonito marco dorado. Representaba a un pozo lleno de caracoles.
La mirada de Gregorio se dirigió después hacia la mesa de luz, donde un pote de "Elina, Baba de Caracol" se encontraba abierto y casi vacío...
(Versión adaptada a la REALIDAD de HOY)
No comments:
Post a Comment